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Presidente Petro ¡Deje la mamadera de gallo con los Panamericanos!
Tal parece que los deportistas que dejan en alto el nombre del país ante el mundo no hacen parte de las prioridades del Gobierno nacional, que aún no se pronuncia sobre la realización de los Juegos Panamericanos 2027 en Barranquilla.

Las gestiones para definir a Barranquilla como sede de los Juegos Panamericanos 2027 no se detienen. Como el problema es de plata, como en su momento lo dijo la ministra de Deporte, Astrid Rodríguez, al referirse a la revisión del presupuesto que aportaría la Nación, recientemente se estableció una alianza entre Barranquilla y Reino Unido en la que se ejecutará un estudio del impacto socioeconómico de las justas deportivas en la ciudad.
Este apoyo del fondo de cooperación internacional “Challenge Found” como respaldo a la realización de los juegos, reafirma el impacto que tendrían no solo sobre Barranquilla, sino sobre Colombia, tal como lo afirma el embajador británico en Colombia, George Hodgson “He visto que a través de grandes eventos sí se puede transformar una ciudad, incluso un país, así que para nosotros hay mucha oportunidad en los Juegos Panamericanos, y nos gustaría trabajar juntos con Barranquilla y con Colombia”.
Los deportistas ven en la realización de esta competición una oportunidad para el impulso y consolidación del deporte en la ciudad. “Nos ayudaría mucho en el desarrollo y a darnos más oportunidades en la natación”, aseguró la atlanticense Saray Martínez.
Además, los jueces de diferentes disciplinas miran con ilusión esta oportunidad. “Barranquilla ha quedado después de los Juegos Centroamericanos y del Caribe con una buena implementación de centros deportivos interesantes. Es una oportunidad más de crecimiento y de desarrollo para nuestra ciudad”, dijo el juez de aguas abiertas César Galarza.
En este sentido, la decisión de la sede es urgente ya que en el cierre de los Juegos Panamericanos de Santiago de Chile, en noviembre de este año, se deberá entregar el testigo de los juegos a la próxima sede, que se espera sea Barranquilla.
Mientras tanto, la incertidumbre continúa y se incrementa el deseo en el corazón de los barranquilleros que palpita por volver a vivir un evento de esta magnitud, como lo hicimos en 2018 con los Juegos Centroamericanos y del Caribe.
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